Para Skinner el estudio de la conducta voluntaria podía realizarse completamente a través de una comprensión completa de la relaciones de triple contingencia. La relación de triple contingencia corresponde a la relación entre tres eventos: a) los eventos antecedentes del medio en los cuales ocurre una conducta, b) la conducta y c) las consecuencias o efectos en el medio que tiene la conducta. Por contingencia se entiende la relación de dependencia entre dos eventos. Toda conducta ocurre en un contexto o ambiente estimular determinado, y generalmente cada conducta se circunscribe a un ambiente específico, así por ejemplo, uno se baña en la ducha y no en la cocina, uno baila en la discoteca pero no en el salón de clases, uno ríe en una fiesta pero no en un funeral, etc. Por otra parte, una de las características de las llamadas conductas voluntarias es que ejercen un efecto sobre el medio, producen consecuencias, por ejemplo, metemos la tarjeta débito en el cajero automático para sacar dinero o ver nuestro saldo, llamamos al mesero en el restaurante para hacer nuestro pedido, saludamos a alguien para maximizar una predisposición positiva hacia nosotros. Recodemos que estas conductas se llaman operantes porque operan sobre el medio para ejercer un cambio sobre éste y obtener una consecuencia positiva.
Uno de los postulados fundamentales del condicionamiento operante es que toda conducta está determinada por sus eventos antecedentes y consecuentes y por lo tanto para modificarla es necesario conocer y manipular estos eventos. Otro postulado fundamental es que son los eventos consecuentes los que colocan a una conducta bajo el control de estímulos antecedentes, por lo tanto, vamos a comenzar a ver los efectos de estos eventos consecuentes sobre la conducta.
En este misma orden de idea se explica en que consiste el análisis conductual aplicado el cual se desarrolla a partir de la observación de tres cambios fundamentales: un cambio en el medio, en forma de objeto o acontecimiento, que influye en el organismo al cual denominaremos estímulo; un cambio en el organismo que se traduce en alguna forma de comportamiento observable, al que denominaremos respuesta o conducta; y, un nuevo cambio en el medio, en forma de objeto o acontecimiento, efecto de dicha conducta, al que llamaremos consecuencia. A esto se le llama triple relación de contingencia.
El análisis conductual aplicado es objetivo y funcional. La objetividad exige siempre la más clara especificación física posible de los estímulos del medio y de las conductas del organismo. Por ejemplo, en los problemas de aprendizaje es necesario ver objetivamente cuáles son los principales defectos o problemas que el niño tiene al aprender. Además para que sea funcional tenemos que relacionar su conducta con varios estímulos y así analizar adecuadamente.
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